DÍA 2 DEL RETO LITERART.
DIENTE DE LECHE. Clara estaba muy ilusionada con el diente que se le había caído esa tarde. Era la primera vez que se le caía un diente de leche y estaba nerviosa porque esa noche el Ratoncito Pérez le dejaría unas monedas debajo de la almohada a cambio de ese trocito de hueso.
Pero no eran las monedas lo que le ilusionaban. Era la posibilidad de descubrir al escurridizo ratón y grabarlo con su móvil para subirlo a sus redes sociales. Ser la primera niña del mundo que demostrara que el Ratoncito Pérez existía de verdad y dar envidia al resto de los niños.
Con esa ilusión se fue a la cama incluso antes de que sus padres se lo pidieran y metió el diente debajo de su almohada. En la otra mano el móvil dispuesto a grabar todo lo que ocurriera esa noche.
Apagó la luz, y se acurrucó en sus mantas dispuesta a esperar todo lo que fuera necesario, aunque no pudiera dormir en toda la noche. Asegurándose, cada poco tiempo, que el diente seguía en su lugar.
Dos horas más tarde, cuando todos ya descansaban en la casa, un ruido en la ventana alertó a Clara que, de inmediato, pulsó el botón de grabación en su teléfono, al tiempo que sentía como la emoción le provocaba un cosquilleo en la espalda.
Pese a la poca luz que había en su habitación, con los ojos ya adaptados a la oscuridad, distinguió a la perfección una sombra que se movía. Una sombra mucho más alta y delgada de lo que esperaba para un ratón. Clara se asustó y ahogó un grito.
No era un ratón lo que se acercaba sigiloso a su cama, era una mujer, elegante, ágil, hermosa pese a su palidez y delgadez, vagando despreocupada por su habitación.
—¿Eres el Ratoncito Pérez? —preguntó Clara con un hilo de voz tembloroso.
—Mi nombre es Berenice —respondió la mujer.
—¿Y qué quieres?
—Los dientes que Egaeus me robó.
La madre de Clara gritó espantada cuando a la mañana siguiente descubrió el cuerpo de su hija en la cama con la boca ensangrentada.
En internet no tardó en hacerse viral entre los niños el vídeo que esa noche se subió a Youtube desde el móvil de Clara en el que una sombra oscura, con la boca ensangrentada le iba arrancando los dientes uno a uno y colocándoselos en su propia boca.
Imagen obtenida de Pixabay libre de derechos.
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