Día 27 Felicidad.
Miércoles se había aburrido de torturar a su hermano, de ser irónica y cínica con los otros niños del campamento de verano, se había cansado de criar arañas o de jugar con Cosa a desenterrar huesos humanos.
Por primera vez en su vida sentía felicidad, una enfermiza felicidad de la que necesitaba librarse para volver a ser la misma Miércoles siniestra que había sido siempre.
Entre todos los libros de pócimas que poseía su familia su favorito era el de su admirada Tía Calpurnia Addams que fue quemada por bruja en 1706 y por eso fue el primero que ojeó en busca de la pócima que pusiera remedio a aquel estado de felicidad que le dibujaba una sonrisa encantadora en los labios. (Sus padres incluso estaban pensando llevarla al forense para descubrir la enfermedad que le hacía sonreír y los chicos del pueblo ya empezaban a llamarla Mierkolorintxus pese a que seguía vistiendo de negro).
No tardó en encontrar lo que buscaba y es que su tía Calpurnia había sido quemada en la hoguera con motivo. Era la mejor bruja que jamás hubiera existido.
Lo único que tenía que hacer era dejar de mirar mal a la gente. Algo que le hacía extrañamente feliz.
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