Como en el caso anterior con Mary Gazte, de Dulce Merce también os he hablado en otra entrada con motivo de la presentación de Vidas desde el kilómetro cero.pero hoy vengo a contaros mi opinión sobre el germen de ese libro. La historia de Daniel y Julia, el origen de todo, el kilómetro cero de la trayectoria como escritora de Dulce Merce. Intentaré ser objetivo aunque con esta mujer me cueste. Desde que la conocí en RRSS ha sido siempre mi debilidad. Dulce Merce es de las pocas personas que me devuelve la fe en la raza humana y por lo tanto es difícil que no bañe de una patina de cariño cualquier cosa que pueda decir de ella. ¡Y mira que escribe un género que para mí era desconocido e incomprendido! ¡Chick Lit! ¿Pero qué demonios es eso, querida Dulce? Yo me limito a pegaros el enlace de Wikipedia.
Kilómetro cero es la historia de Daniel, Julia y un taxi que recorre las calles de Madrid y nos trasporta por los miedos, anhelos y miedos de una pareja que, ya cercana a la barrera de los cuarenta, se plantea si la vida que llevan es la que desean o si han cometido errores. Unos errores que, si se enquistan, puede acabar haciéndoles perder aquello que con sus actos siempre han querido evitar perder y cuanto más te esfuerzas por retenerlo más lo alejas.
Una historia de amor, de sueños e ilusiones que corren el peligro de irse por el sumidero de los miedos.
Antes de sumergirme en sus páginas había leído alguna de las reseñas del libro en Amazon que critican que Daniel se comporte como un adolescente pese a que ya tiene cuarenta años y yo me pregunto: ¿A caso no todos nos comportamos así por amor sea a la edad que sea?
Yo estoy a unos días de cumplir los cuarenta y cinco años y aún me pongo nervioso cuando "esa chica" me escribe o se me hace un nudo en el estómago cuando voy a verla y me paso días de los nervios solo pensando en ese momento. ¿A caso hay algo que nos haga rejuvenecer más que el amor? Yo creo que aunque tenga ochenta años, cuando me enamore de la mujer que camina por los pasillos de la residencia iluminándolos con su sonrisa postiza, me seguiré comportando como un adolescente al que se le lengua la traba para saludarla.
Es cierto que Dulce Merce repite, en varias ocasiones, ese sentimiento de temor y miedo, pero, ¿quién no ha tenido varias veces la misma pesadilla? ¿Quién no ha soñado cienes de veces con el primer beso? Una historia de amor repite los mismos miedos, los mismos sueños, los mismos propósitos, porque el amor se te clava en el alma y te acompaña hora tras hora, día tras día, y el corazón se te para una y otra vez cuando esa persona no te coge el teléfono o te deja en visto ese mensaje que tú llevas horas pensando hasta que queda perfecto, o al menos así lo crees hasta que ves como la respuesta que dabas por segura al mandarlo (en tu cabeza el mensaje es tan perfecto que no podría llegar otra respuesta que aquella que tú ya tienes en tu cabeza) no llega. Y no importa si eso ocurre una, dos o diez veces: Tu corazón siempre se para.
Por suerte, este libro lo ha escrito Dulce Merce y es una novela romántica... (Ya me entenderéis si la leéis).
Solo me queda invitaros a dejaros abrazar por las letras de Dulce Merce y estoy seguro de que al terminar Kilómetro cero suspiraréis un poquito.
P.d: Siempre que escribo el título del libro, siempre que hablo de él, me viene una canción a la cabeza. Os la dejo también. Es de uno de mis cantautores favoritos. Ismael Serrano
Muy buena reseña y buenísimo libro. Kisses